Caleta Olivia – Viaje al fin del mundo
Continuaremos Viaje al fin del mundo, siguiendo por la costa Atlántica, con vistas y visitas a impresionantes acantilados hasta llegar a Caleta Olivia, donde nos alojaremos.
Para muchos, Caleta Olivia es la puerta de entrada a la provincia de Santa Cruz. Se encuentra a tan solo 50 kilómetros del límite con Chubut. Es una ciudad con un fuerte crecimiento comercial y una vieja tradición petrolera.
Este lugar se bautizó con el nombre «Caleta», en referencia al accidente geográfico similar a una pequeña bahía en forma de medialuna y «Olivia», en homenaje a la única dama que viajaba en ese barco. Otras versiones acerca de este nombre, residen en el color olivo que tenía el mar en ese momento y que vieron los tripulantes extranjeros en su mayoría. En el telegrama enviado por el Capitán Guttero a Buenos Aires, se detalló el nombre del lugar como Coleté Olivié (en francés), que luego se tradujo a Caleta Olivia.
Su fundación se remonta a principios del siglo XX como puerto de embarque para la producción ovina de la región, y fue en el año 1944 que el descubrimiento de petróleo en Cañadón Seco logró darle vida a la zona y transformarla por completo. La ciudad está llena de coloridas y pintorescas calles, y logran hacer sentir bien al turista ya sea que esté de paso o bien cuando elige Caleta Olivia para explorar. Una ciudad distinta, pero con el típico sello austral, marítimo y patagónico que logra hacerla querida.
La costanera de Caleta Olivia y las costas del golfo San Jorge, famosas por sus hermosos y raros acantilados y sus playas de arena fina, invitan a contemplar hasta los últimos rayos del sol; los atardeceres resultan momentos realmente únicos, sobre todo en luna llena. Se divisan una cantidad considerable de playas a lo largo de más de 100 km, que suelen ser muy concurridas en el verano y además, se caracterizan por ser los balnearios cálidos más australes del mundo. Las playas son muy atractivas. A pesar de encontrarse tan al sur, pueden disfrutarse en verano. En ellas, además del atractivo que sol y mar suponen de por sí, se realizan actividades recreativas tales como vóley, fútbol playero y campamentos o actividades náuticas como kayak, jet ski, kite surf y windsurf.
“El Gorosito” resulta un atractivo turístico para quien está de paseo por la ciudad. Se trata de un homenaje a todos los petroleros del país y muestra la importancia de la actividad en toda la región patagónica. Este monumento, es el testigo de la fuerte relación entre el petróleo y los pobladores, ubicado en el centro de la ciudad. Los lugareños indican que la postura de este trabajador petrolero, se debe a que con su mirada hacia el norte de la República Argentina, representa la entrega que toda la Patagonia le hace al resto del país con su riqueza minera.
Al despertar del día siguiente, iremos camino a nuestro segundo punto fuerte del viaje: el Parque nacional Bosques Petrificados de Jaramillo y luego seguiremos rumbo al Puerto San Julián, donde nos alojaremos.