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Visita a las Quebradas del Norte

Visita a las Quebradas del Norte

La excursión a las Quebradas del Norte comenzó en la madrugada para poder aprovechar al máximo el día. Ya habiendo amanecido hicimos una pequeña parada en Carlos Reiles, para apreciar las grutas que ese pueblo alberga.

Mas entrados en la ruta 5 paramos para observar el famoso cerro Batoví, el cual destaca por su característica forma.

Al llegar a Tacuarembó se sumaron al viaje Alicia y Clara Fros, que nos esperaban con café caliente y algunas cositas caseras para el desayuno. Ellas, además de agasajarnos con la comida, nos fueron contando los detalles de la zona que tanto conocen y ama.

Ya en ruta 30, departamento de Rivera, luego de pasar Tranqueras, comenzamos a disfrutar del valle del Lunarejo. Sus cerros estaban con mucha niebla y eso le daba una imagen estupenda típica de quebradas subtropical. Luego de ascender por el famoso repecho de Pena y en plena meseta llegamos a un pueblo que se divide en la frontera: Masoller del lado de Uruguay y Villa Albornoz del lado de Brasil – por lo que fue un viaje internacional!

Andando por caminos vecinales, llegamos al comienzo de nuestro primer objetivo: la caminata sobre el arroyo Laureles. Por suerte en la tarde del día anterior habían llovido 90 ml, suficiente para que tuviéramos una excelente jornada de mucho calor pero gran disfrute del caudal de agua sobre la Cascada el Indio y Cascada Grande.

Acompañados por Dario Fros en la caminata, siempre entregando todo lo que sabe y lo que ha adquirido en la experiencia de tantos años acompañando grupos de turistas, científicos y estudiantes de diversas entidades de estudios.

Después de las caminatas y habiendo aprovechado para refrescarnos con un delicioso baño en la Cascada del Indio, continuamos nuestro camino recorriendo 25 kms sobre la Cuchilla de Laureles. En el recorrido divisamos la cuenca del Arroyo Caña y el Arroyo Laureles, ofreciéndonos unas impresionantes vistas que características de ese territorio. Paisajes a los que no estamos acostumbrados quienes vivimos al sur del Río Negro.

Llegamos al establecimiento Bichadero de la familia Fros donde nos esperaba su anfitriona, Serrana ,esposa de Dario y madre de las jóvenes Alicia y Clara. El almuerzo fue un deleite de comidas caseras. Luego, un descanso reparador en las instalaciones de la posada que hacen que uno se sienta como en casa.

Para finalizar la noche con llave de oro vino la cena y para nuestro delite se despejó el cielo. Camila con su conocimiento astronómico nos ayudó y disfrutamos de un espectáculo único.

Cado uno en su cama y hasta que no canto el gallo 🐓 todos dormimos plácidamente.

El domingo amaneció despejado. Al estar en lo más alto de la cuchilla y rodeado que quebradas la niebla que subía nos hacia sentir que estábamos en una isla.

Luego del desayuno, nos alistamos para bajar al Cañoncito y a la Quebrada de los Helechos. Realmente un difute total del paisaje del entorno, bajando al Cañoncito entre aromas diversas y el fresco del monte. No podíamos creer que estuviéramos en Uruguay.

Un breve descanso para recuperar y apreciar la tranquilidad y belleza que nos da la naturaleza. Por un sendero de frondosos helechos llegamos a la Cascada de la Curva. Donde habitan una familia de murciélagos 🦇.

Quedamos impresionados por el tamaño de los Gabiyú y por la dulzura de sus frutos.

Finalmente, comenzamos a ascender para salir del monte. Al llegar nuevamente a la casa nos estaban esperando para el almuerzo.

Después de un ratito de descanso, ya habiéndonos refrescado y alimentado, nos despedimos agradecidos de la gentil familia Fros y de las bellas tierras del Norte, para emprender el regreso.

Si bien disfrutamos muchísimo quedaron, como siempre, ganas de más!